Supongo que los 15.000 seguidores allí presentes esperábamos que Noel y Liam montaran un espectáculo, y no precisamente musical. La archiconocida guerra caliente que los hermanos se declararon probablemente el mismo día que se conocieron no se sabe ya si la mantienen como parte del morbo, o si se ha ido enfriando. La cuestión es que Oasis ofreció el pasado jueves en el palacio de los Deportes de Madrid una lección sobre cómo se da un buen concierto, sin necesidad de escándalos, aunque se echara en falta un poco más de química sobre el escenario.
Increíble panorama desde las gradas y la banda en acción/Beatlegirl
El concierto arrancó con la instrumental Fuckin’ in the bushes, mientras los cinco miembros del oasis más famoso de la historia de la música se posicionaban sobre las tablas. Liam Gallagher, al más puro estilo Sgt. Peppers con una chaqueta con botones a los lados cerrada hasta el cuello, pandereta en mano, y gafas de sol, el más chulo del lugar. No paro de hacer referencias a unas jovencitas de la primera fila y disfrutó como un enano al tirar una de sus panderetas y ver cómo la gente se pegaba por conseguirla. (¿recordando al hooligan que lleva dentro?) Noel Gallagher, siempre más reservado, atento con el público, a un lado de su hermano, ni se miraron. El segundo guitarra Gem Archer y el bajo Andy Bell, componentes de la banda desde 1999, al otro lado, muy discretos. Y tras ellos, Chris Sharrock, el nuevo batería, tras la marcha del hijo de Ringo Starr, Zak Starkey. La habitual pose estática de los chicos de Manchester creaba la sensación de que resultaba ser un escenario demasiado grande y vacío para ellos (el único atrezzo eran cuatro pantallas donde se combinaban imágenes de la actuación con otras imágenes) Pero su potente y estupendo sonido, la chulería de Liam al cantar y la sinceridad de la voz de Noel, compensaban este efecto óptico.
Se preveía un repaso a su último disco Dig out your soul y que olvidaran sus grandes hits de toda la vida. Son cerca de 20 años de carrera y 7 álbumes de estudio, uno en vivo y dos recopilatorios. Gente como Radiohead ya no toca sus primeros éxitos (veáse Creep) pero de todas formas no interpretar Wonderwall resultaría un crimen contra la humanidad (seguidora de Oasis). Pero no, los Gallagher aún no tienen que ir a la cárcel por semejante delito. Comenzaron dejando claro lo que son, con Rock ‘n’ Roll Star, primer corte del álbum que les dio a conocer, Definetly Maybe, allá en 1994 y del cual también desempolvaron Supersonic y Cigarettes & Alcohol. También sonaron Morning Glory, Songbird, Lyla, The Masterplan, entre otras, y como no, Wonderwall y un emotivo y acústico Don’t look back in anger, en el que la mitad del trabajo lo hizo el público, entonando cada estribillo mientras Noel, el padre de la criatura, observaba.
Uno de los mejores fectos visuales: las puertas/Beatlegirl
Del nuevo trabajo tocaron poco más de la mitad de los temas, a saber, Falling Down, Ain’t got nothin’, To be where there’s life, Waiting for the rapture, su homenaje a John Lennon I’m outta time y el single del regreso, The Shock of the Lightning. Un generoso bis terminaba con Champagne Supernova y su enorme versión de I am the Walrus de los psicodélicos Beatles. ¿Hay alguien que todavía ponga en duda que Oasis estará eternamente en deuda con los chicos de Liverpool?
Un concierto de los que no se olvidan, de una de las grandes bandas de nuestros tiempos que ante la avalancha de discípulos, nos quiere recordar que sigue ahí y que no piensa ceder el puesto.
De esos grupos a los que hay que ir a ver al menos una vez en la vida.
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6 comentarios:
Bueno bueno, como nos gustan los hombre G de Manchester, eh?
La verdad que a mi también me gustan bastante, pero más que nada por el icono del britpop de los 90 que representan, pero son unos gilipollas porque pudiendo hacer buenos conciertos o ganarse al público, siempre están haciendo el subnormal.
Que envidia me das, menos mal que por fin voy a poder ver algo de pop en Tucson. Para abril, casi graduado ya, viene Francisco Fernando, así que en cuanto pueda me pillo las entradas.
Por cierto, comentario a modo de crítica constructiva; creo que ya lo he mencionado en este blog antes, pero creo que deberías quitar el sonido automático cada vez que carga la página. Nostros lo tuvimos y no tiene sentido porque de repente te vuelves loco y no sabes qué pasa. Además cada vez que miras una foto y vuelves al blog o haces reload ocurre lo mismo.
Britpopcorn.
Otra cosa. Cúrrate un enlace a tu blog en tu nick, asi cada vez que comentes en otros sitios la gente te pueda enlazar.
Hola Bea, a mi siempre me ha gustado, y sobre todo el contenido, que es lo importante en cualquier blog (menos BPC, que tenemos un blog muy mono, pero dos gilipollas que no publican más que paridas!).
Anyway, sólo diré que el primer disco que em compré en mi vida fue What's the story (morning glory). Pero Osasis en directo fue la mayor decepción de mi vida.
No se puede comparar con el espectáculo que se curran Coldplay, por ejemplo, o Iggy Pop, gente que pierde el culo por sus fans. Una lástima, pero es lo que tiene!
Eso, cúrrate un poco lo de poner la dirección de tu blog en los comentarios para que redirijan aquí.
Venga Álvaro, di la verdad sobre el primer disco. Fuenel de New Kids on the Block, uh?
ese me lo regalaron capullo. no creo que tuviera ni 10 años. Ya sé que tu ya tenías un curro y un clío cuando los NKOTB empezaron, pero algunos nacimos en los 80...
El de Oasis fue el primero que fui a pedir a una tienda de discos (cuando las había, fue en una tiénda antológica que se llamaba el 'Buho atómico', en Alcalá) y que pagué con mi direrito. Dinerito de mi paga, porque seguía siendo menor cuando salió ese disco Parra.
Ya que nos ponemos a usar el blog de nuestra colega para sacar los trpos sucios, yo el Whats the stoy morning glory es el primer disco que compré en Fnac de callao y también fue con dinerito de mi paga cabrón, de mi paga por buzonear.
NKOTB fue el primer disco LP que sonó en mi equipo de música nuevo regalo de la primera comunión :D
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