sábado, 9 de agosto de 2008

3 days in the life

Por muchas veces que pueda volver a la ciudad del caudaloso Mersey, estos 3 días de visita en Liverpool son únicos e irrepetibles, 3 días en la vida.

Por primera vez, y cumpliendo un deseo que tenía desde hace muchos años, fui a conocer las calles y rincones por los cuales unos jóvenes soñaban con tener un grupo... los mismos cuatro melenudos que revolucionaron la historia de la música.

Para ser sinceros, los Beatles son el máximo (único) reclamo turístico de Liverpool. Este año, siendo Capital Europea de la Cultura, hay muchas actividades y demás, pero casi todos los que estábamos por allí íbamos a lo que íbamos: el museo Beatles Story, el Magical Mystery Tour y The Cavern.


Entramos al museo temiéndonos que fuera terrible, pero nada de eso. Es de lo más completo. combinando reproducciones del Casbah, The Cavern, la portada de Sgt. Peppers y el Yellow Submarine, con montones de fotos, testimonios e instrumentos, como la primera guitarra de George Harrison. Una maravilla, con una audioguía muy útil también. Recorriendo las distintas etapas de su carrera, se llegaba a la ruptura y posterior trayectoria de cada uno de los componentes, acabando en una preciosa sala blanca con el piano de John Lennon e Imagine de fondo..... Emoción. Y después, la tienda..... Mortal de necesidad, nociva para el bolsillo.



El Magical Mystery Tour, la otra gran atracción. Tras la desilusión de comprobar que no íbamos en una reproducción del famoso bus de la película, el recorrido no decepcionó. Además contábamos con un guía especial. Yo me esperaba a alguien que se hubiera aprendido cuatro cosas, lo justo para ir tirando. Pero no, resultaba ser un tío que es casi íntimo de Paul McCartney y que está metido en todos los eventos dedicados a los hijos pródigos de Liverpool. Montones de anécdotas, todos los detalles, se le podía preguntar cualquier cosa.

El tour contaba con cuatro paradas. La primera fue en Arnold Grove, la calle donde nació y vivió George Harrison y cuya casa está habitada por un particular que tiene que aguantar a los turistas haciéndose fotos a su puerta (yo me incluyo). Después, la entrada a Strawberry Fields, jardines privados donde se colaba Lennon a pesar de las reprimendas de su madre, a lo que él contestaba, "no van a colgarme por ello" ("And nothing to get hung about... Strawberry Fields Forever"). Tras pasar por su casa, paramos de nuevo en Forthlin Road, mejor zona donde vivía la familia McCartney. Ahí ensayaban The Quarrymen, y de ahí salieron muchas composiciones del dúo mágico. Ambas residencias pertenecen al fondo nacional, y se pueden visitar gracias a dos personas que viven ahí y se dedican a enseñarlas. (próxima misión)


Strawberry Fields y la casa de John Lennon


Antes de acabar el tour, bajamos para ver las 2 únicas señales que recuerdan que te encuentras en Penny Lane. Los carteles han ido desapareciendo a lo largo de los años, pero el Ayuntamiento parece confiar en que ya no se van a llevar las que se pueden ver actualmente.. También pudimos ver "the shelter in the middle of a roundabout" el establecimiento del "barber showing photographs, of every head he's had the pleasure to know". Y todo bajo los "blue suburban skies".



Durante el paseo vimos más cosas: las casas de Ringo, sus colegios, la iglesia donde se conocieron Lennon y McCartney y en la que curiosamente, hay una lápida de una tal Eleanor Rigby (pura coincidencia según el guía) etc etc. El paraíso para cualquier beatlefan.


El viaje acababa en Mathew Street, el lugar donde realmente empezó todo, porque ahí estaba The Cavern. Aunque no sea el original, The Cavern Club existente ocupa la mitad del emplazamiento del mítico bar, y lo ha reproducido fielmente. Ahí estuvimos escuchando a Eddy James, un gran imitador de los 4 melenudos...muy emocionante también. El Wall of Fame recoge los 27 números uno del grupo y por toda la zona, The Cavern Quartier, las referencias a ellos y la música en general son constantes.


La verdad es que ha sido una gran experiencia. Llevaba un tiempo soñando con hacer este viaje y nunca se me presentaba la oportunidad. Si sois amantes de los Beatles, como yo, debéis ir para allá. Aunque sea el típico turisteo, al menos para mí, merece la pena. Algo que debo señalar es que el tour es en inglés... bueno, no inglés, sino scouse, el dialecto de la zona, y unido a la velocidad del habla, cuesta un poco entenderles...

Acabo mi crónica con unas imágenes del aeropuerto, dedicado a John Lennon, y que cuenta con
un submarino amarillo en la entrada.
Reconozco que soy una friki de los Beatles,pero no se explicar hasta qué punto me han marcado desde que me introduje del todo en su mundo, a los 14 años. Me siento en deuda con ellos.
Gracias por existir. Y gracias a mis compañeras de viaje.

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