Sí, 2 horas, en las cuales Róisín repasó su último trabajo, arrancando con Overpowered y You know me better. Wow. También sonaron Moviestar (una versión más bailona si cabe) Let me know, Dear Miami y Primitive.
Pero lo más destacable de lo vivido el domingo por la noche era sin duda el vestuario lucido por la (ahora) rubia. En el escenario podía verse un generoso perchero repleto de estrambóticos diseños y Róisín cambiaba de modelo prácticamente con cada canción. Sombreros con caras, un abrigo-pompón negro, gafas de sol y "chupa" de cuero, un trench del que no podía sacar los brazos, guantes y mención de honor para ese abrigo damero con un ciervo pegado a la espalda y unos pequeños cuernos a modo de tocado en el pelo. Chapeau.
Su coro no se libraba. Acabaron el show con tutús, bailando sin parar junto a la Murphy, que fue pura energia desde las 21.30 hasta las 23.30 que se despidió de su público.
Un detalle. A pesar de sus amplios abrigos y modelos, acostumbra a llevar camisetas ajustadas, y sin sujetador... Hace recordar su frase que dió lugar a la creación de Moloko y dió nombre al primer disco: Do you like my tight sweater?.
Un placer disfrutar de su actuación. Una "lady" de la electrónica que derrocha estilo por los cuatro costados.
(Fotos: Beatlegirl - siento la mala calidad)
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